En los siglos (XVIII y XIX),los líderes políticos tomaron conciencia del gran poder que podían significar el periodismo y tener las gacetas para influir en la social y proliferaron los periódicos de facciones y los de partidos políticos. Hacia fines del siglo XIX, los empresarios descubrieron el potencial comercial del periodismo y surgieron las primeras publicaciones parecidas a los nuevos diarios actuales.
Convertido en el "cuarto poder" de las grandes democracias occidentales , el periodismo oscila actualmente entre la imagen romántica de árbitro social y vocero de la "opinión pública", y la de empresa comercial sin escrúpulos que recurre a cualquier medio para llamar la atención y multiplicar sus ventas, la intrusión en las vidas privadas y la exagerada dimensión que otorga a noticias escandalosas y hechos policiales.
Lo cierto es que el periodismo es un componente fundamental de la vida de este siglo y parece inseparable de los sistemas políticos democráticos. El periodismo fue quien creó, por sus necesidades de rápida lectura y comprensión y su supuesta neutralidad, un estilo redaccional que ha nutrido a numerosos escritores,quienes formaron parte de sus planteles y se destacaron en sus columnas. Además ha creado prestigiosos y serios comentaristas de la vida social y política, vistió sus páginas con buenos humoristas y dibujantes. Desarrolló desde el proyecto costumbrista hasta toda la investigación documentada.
En esta época los periódicos eran muy caros y sólo estaban al alcance de una minoría. Los editores contaban únicamente con el producto de la venta, ya que la publicidad no se generalizó como medio de financiación hasta el siglo XIX.
La prensa del siglo XVIII constituyó uno de los cauces más importantes por el que penetraron las ideas ilustradas en toda europa.
La prensa del siglo XVIII constituyó uno de los cauces más importantes por el que penetraron las ideas ilustradas en toda europa.
La prensa culta : Los papeles periódicos.
Se imprimían con el permiso del Consejo de Castilla y se sometían a la censura eclesiástica. Podían comprarse en librerías o puestos callejeros y eran voceados por ciegos o gaceteros.
La información política y militar estaba en manos de los periódicos oficiales que eran la Gaceta de Madrid y el Mercurio histórico y político. Las publicaciones de iniciativa privada se dedicaban fundamentalmente a los temas culturales o económicos. En general, defendían una ideología avanzada y sus lectores eran una minoría ilustrada.
La muerte de la familia real francesa provocó el recrudecimiento de la censura y la suspensión temporal de la prensa: El rey Carlos IV prohibió la publicación de todos los papeles periódicos, excepto los oficiales, el 24 de febrero de 1791.
Prensa popular: Los almanaques y pronósticos.
Además de los papeles periódicos dirigidos, como hemos visto, a un lector ilustrado, los burgueses crearon publicaciones de carácter popular que, nacidas en el siglo XVII, adquirieron un amplio desarrollo a lo largo del XVIII : los almanaques y pronósticos. Eran libritos de aspecto inofensivo, adornados con imágenes, que se distribuían a millares por los pueblos y ciudades. Ofrecían, bajo el pretexto de informar del tiempo, los más variados contenidos. Además de pronóstico del año incluían datos sobre los cambios de la luna, pensamientos, pautas de conducta, instrucciones sobre los más variados oficios ; por ejemplo : "artificio para caminar sobre el agua" o "adivinar qué dinero tiene uno en la faltriquera" o "defensa de horribles tempestades".
Solían tener un título sensacionalista que servía de reclamo publicitario y dos secciones : "La introducción al Juicio del año", pronóstico de lo que iba suceder ese año según los astros, y El Juicio del año, especie de carta astral por estaciones, meses y días.
Los almanaques y pronósticos constituyen una recopilación de cultura popular y una vía de difusión de los valores burgueses entre las clases bajas. Su peligrosidad llevó a Carlos III a prohibir su publicación en 1767, bajo el pretexto de que constituían una lectura vana e inútil para el pueblo.. Con el S. XIX estas publicaciones no desaparecieron, pero cambiaron su función, ya que la burguesía contaba con un medio mucho más eficaz y directo para la difusión de sus ideas : los periódicos populares.
Los más famosos almanaques fueron los de Torres Villarroel, quien renovó y actualizó el género en su Ramillete de astros (1718) : convierte El Juicio del año en una narración ficticia, en la cual unos personajes novelescos hacen el pronóstico, dialoga con el lector en los prólogos, intercala descripciones, monólogos, etc.
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